Cuando una casa deja de ser “lo que había” y se convierte en “lo que debía ser”.

Si eres de los que van al grano, abajo tienes todos los datos.

Pero antes, déjame contarte por qué esta casa no tiene nada que ver con lo que era. Y por qué eso importa más que cualquier foto que puedas ver.

Todo empezó con un terreno grande, desaprovechado, sin piscina, con una casa pequeña y mal distribuida. Nada inspirador.
Pero el propietario vio posibilidades donde otros verían trabajo. Y eso marcó toda la historia.

La primera decisión fue clara: ampliar sin miedo.

El salón y una habitación crecieron. Y lo que iba a ser una cubierta no transitable para máquinas se convirtió en un acierto de esos que cambian la vida: una terraza solárium transitable con una escalera minimalista exterior, del mismo color que la carpintería.

Más que un detalle estético, fue una declaración de intenciones: “Vamos a aprovechar cada metro y cada vista”.
Porque desde ahí arriba, los atardeceres sobre la bahía de Roses no necesitan explicación. Se entienden solos.

Luego vino el detalle que no se ve en fotos pero que costó tiempo, dinero y paciencia:

Crear una suite a la misma altura que la casa, cuando el terreno caía 2,5 metros hacia la piscina.

Se podía haber hecho “a lo fácil”. Pero no.

El propietario dejó la estructura lista incluso para una futura habitación extra: 18 m² junto a la piscina que mañana puede ser bodega, sala de juegos, gimnasio o lo que a quien viva aquí le dé la gana.

No es un “por si acaso”. Es visión.

Su mayor obsesión fue la luz.

Ventanales a ras de suelo.

Nada de levantar el pie para salir a la terraza.
Nada de tropezones.

Y sí al aislamiento: térmico y acústico.
Silencio para dormir. Fresco en verano. Calor confortable en invierno.

La otra prioridad: la privacidad real, no la de “los vecinos te ven un poco pero no pasa nada”.
Aquí no te ve nadie.
Puedes tomar el sol, hacer una barbacoa o tener una comida familiar sin una sola mirada curiosa alrededor..

Todo al mismo nivel: casa, piscina y los más de 200 m² que se ganaron alrededor para jardín, solárium y espacio incluso para una pista de petanca si te da ese punto.

¿La parte que más orgullo le da?
La piscina en armonía con toda la casa.

Y debajo, la preinstalación para una futura cocina de verano.

Pensado. Preparado. Listo para quien quiera más.

La casa está diseñada para lo que hoy casi nadie consigue:
Vivir todo el año con comodidad.
O tener una segunda residencia fácil de alquilar gracias a una licencia turística que ya no se otorga más en esta zona.
Y todo con un estilo mediterráneo moderno que se nota más al vivir que al mirar.

Aquí no hay secretos. Solo decisiones bien tomadas.


Los datos, sin humo:
– casa independiente en Mas Fumats
– 150 m² construidos en una parcela de 500 m²
– Distribuida toda en una planta, sin escaleras desde la calle
– 3 habitaciones + 1 opcional (la preparada junto a la piscina)
– 2 baños
– Terraza solárium, balcón, zona ajardinada
– Piscina privada de 6x3m con total privacidad
– Parking para 3 coches dentro de la parcela, todo vallado
– Amueblada
– Aire acondicionado
– Calefacción a gas con radiadores (el calor más cómodo y económico para invierno)
– Ventanas y cierres de aluminio con aislamiento térmico y acústico
– Instalación eléctrica sectorizada y automatizada (persianas con mandos individuales y uno general)
– Tuberías nuevas
– IBI: 700 € al año
– Licencia turística en regla (un valor en sí mismo hoy en día, ya que no se conceden más licencias actualmente )

Si crees que encaja contigo, la vemos.